Además de un trato agradable, comprar a las despensas y pequeños comercios en nuestros barrios nos permiten realizar compras más eficientes, poder consumir alimentos frescos a buen precio, y mantener la economía familiar de estas pymes.

Las fruterías, carnicerías, panaderías y despensas de toda la vida, siguen al pie del cañón en estos momentos difíciles. Aquellos que trabajan por cuenta propia, están sufriendo más que nadie las consecuencias de esta crisis sanitaria pero también económica.

Los pequeños locales, también cumplen las normas de higiene y además, los productos que venden no están expuestos a ser tocados por muchas personas como ocurre en los supermercados.

Otra ventaja de comprar en la despensa del barrio, es que las distancias son menores, y a una corta distancia se puede realizar la compra sin hacer colas y contribuyendo a que esa persona o esa familia pueda seguir adelante.